
Grandes éxitos de EL ESPECTADOR
El sábado 22 de marzo de 2025, EL ESPECTADOR cumplió 138 años de haber sido fundado por Don Fidel Cano Gutiérrez en 1887, en la ciudad de Medellín, capital del Departamento de Antioquia (Colombia).
Y el 12 de agosto de 2025, se celebra el centenario del nacimiento del mártir y Director del periódico, Don Guillermo Cano Isaza, asesinado en Bogotá el 17 de diciembre de 1986 por sicarios del Cartel de Medellín, en cumplimiento de la orden dada por el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.
El carácter de absoluta independencia que mantuvo Don Guillermo Cano como profesional del periodismo colombiano hasta el día de su magnicidio y que es el mismo que ha seguido EL ESPECTADOR durante toda su historia, fue exaltado por su hijo, el fotógrafo y escritor Fernando Cano Busquets, en la crónica “Guillermo Cano Isaza, Coraje en primera persona”, publicado en “El Diario Alternativo” y citado por Fabio Castillo para iniciar las celebraciones del centenario:
“Jamás saldrá de nuestras plumas una apología del delito, cométalo quien lo cometiere. No lo hemos hecho. No lo haremos. Pero por eso tenemos derecho a negarnos a permanecer indiferentes o silenciosos cuando se escuchan voces, solitarias o a coro, que anuncian que algo grave ha podido o puede estar ocurriendo. Preferimos hacernos presentes de inmediato y cuantas veces sea necesario, aun a riesgo de pecar de ingenuos”.
Por estas circunstancias, al iniciar mi camino hacia los 83 años de vida, me uno a la celebración del cumpleaños del periódico y al centenario del nacimiento de Don Guillermo Cano, como homenaje al periodista que me brindó la oportunidad de trabajar en uno de los diarios líderes de la defensa de la democracia y la libertad de prensa en América Latina, especialmente cuando me asignó a la “Oficina de Recepción de Radiofotos”, donde por mi curiosidad de adolescente logré la hazaña de la cual trata el presente artículo.
La fotografía de Don Guillermo, que ilustra esta Página Web, se publica por cortesía de EL ESPECTADOR.
Mi contribución a estas dos celebraciones la he denominado “Grandes éxitos de EL ESPECTADOR”, porque involucra tres noticias que causaron impacto nacional e internacional, de las cuales tuve el honor de ser autor y recibir felicitaciones personales por parte de Don Gabriel Cano Villegas, Don Guillermo Cano Isaza y Don José Salgar Escobar, en su oportunidad.
EL asesinato del político japonés que buscaba una Tercera Guerra Mundial

En el artículo “Mi primera chiva en EL ESPECTADOR”, publicado en esta Página Web el 18 de Febrero de 2022, expliqué el contexto internacional que dio como resultado que el joven ultraderechista Otoya Yamaguchi (cuyo rostro aparece a la izquierda), asesinara el 12 de Octubre de 1960 al Presidente del Partido Socialista del Japón y virtual Primer Ministro de ese país asiático, Inejiro Asanuma (a quien se aprecia en el lado derecho de la gráfica), durante un acto que se realizaba en el “Ibiya Hall” de Tokio y al cual asistían más de mil personas. (Fotos cortesía de https://247prensadigital.com/…/el-asesinato-televisado…/., descargadas en Google.
“La Gran Sociedad Patriótica del Japón”, en cuyas filas militaba Yamaguchi, consideraba totalmente absurdo que después de haber perdido el país a 200.000 de sus ciudadanos durante los ataques con dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, Asanuma declarara en 1959 a Estados Unidos como “el enemigo compartido de China y Japón” durante una conferencia en Beijing, e impidiera una visita a Tokio, del Presidente de los Estados Unidos y héroe de la Segunda Guerra Mundial, Dwight David Eisenhower.
La preocupación de los sectores ultraderechistas del Japón tenía como origen la alianza de defensa mutua que había forjado el dictador ruso José Stalin antes de morir el 5 de Marzo de 1953, con el líder chino Mao Tse Tung, para utilizar conjuntamente sus Fuerzas Armadas en un enfrentamiento militar con Estados Unidos.
Los temores aumentaron en Septiembre de 1958, cuando el Primer Ministro de la Unión Soviética, Nikita Sergeivitch Khrushchev, ordenó la reanudación de pruebas con bombas atómicas, para preparar a su país ante una nueva confrontación bélica con Estados Unidos.
En esas condiciones, la inminente elección de Inejiro Asanuma como Primer Ministro de Japón, era considerada como “la chispa” que encendería a China, Japón y la Unión Soviética, para lanzarse nuevamente a una Tercera Guerra contra los Estados Unidos, con graves consecuencias para el resto de países del planeta.
Por todo lo anterior, la travesura del adolescente Germán Navarrete, al captar sin autorización de la Agencia Internacional de Noticias Associated Press (AP) en Nueva York, la fotografía del asesinato de Asanuma y lograr su publicación el mismo 12 de Octubre de 1960 en la edición vespertina de EL ESPECTADOR, en Bogotá (Colombia), además de repetirla al día siguiente en la edición matutina con igual despliegue, no solo se convirtió en un gran éxito nacional e internacional para el periódico, sino que enfrentó a los Jefes de Redacción de la mayoría de diarios colombianos y de otros países de América Latina con la Agencia United Press International (UPI) en Nueva York y Bogotá.
Las fotos y las leyendas que originaron un conflicto internacional

Como se informó en el artículo “Mi primera chiva en EL ESPECTADOR”, el Reportero Gráfico Yasushi Nagao fue el autor de esta fotografía en Tokio (Japón), adquirida el 12 de Octubre de 1960 por la Agencia Internacional de Noticias Associated Press (AP), después de pagar los Derechos de Autor al periódico japonés “Mainichi Shimbun”. La imagen fue enviada por radio desde Tokio a Nueva York, donde fue retransmitida también por ondas radiales al diario “O Globo”, de Brasil. Este periódico era el único que estaba autorizado para publicar la primicia internacional en América Latina.
Sin embargo, las travesuras que durante varios meses había efectuado con el equipo de radiofotos, sin conocimiento ni autorización de la United Press International (que aparecen explicadas en el artículo mencionado), me permitieron captar la fotografía del crimen enviada a través de ondas de radio, revelarla en la oscuridad del laboratorio en medio de una creciente emoción y entender el contenido de la leyenda de la AP sobre lo que había ocurrido en Tokio. Por eso salí corriendo de la Sección Gráfica, ubicada en el cuarto piso del “Edificio Monserrate”, en el centro de Bogotá, y le entregué el papel fotográfico al Jefe de Redacción, José Salgar Escobar, quien sin pensarlo dos veces colocó la foto en la primera página de la Edición Vespertina de EL ESPECTADOR e hizo la leyenda.
La importancia que se le dio a la noticia se comprende al leer el subtítulo:
“Sensacional Radiofoto del Asesinato de Asanuma, Hoy en Tokio”.
Y después la leyenda: “Esta fotografía, una de las más sensacionales en la historia del periodismo moderno, fue tomada en la mañana de hoy en la ciudad de Tokio en el momento mismo en que Fuyama Yamaguchi, de 17 años, agredía con un largo cuchillo al líder socialista anti-norteamericano Inejiro Asanuma, cuando éste pronunciaba un discurso. Ante un millar de personas, Inejiro se desplomó, muerto instantáneamente. Segundos después estallaban desórdenes izquierdistas en Tokio. (Radiofoto United Press transmitida por radio de Tokio a Bogotá, vía Nueva York, especialmente para EL ESPECTADOR).
Al día siguiente, Jueves 13 de Octubre de 1960 y también con el máximo despliegue, EL ESPECTADOR publicó en su edición matutina la siguiente imagen:

La Edición de la Mañana de EL ESPECTADOR del Jueves 13 de Octubre de 1960 tuvo un éxito absoluto en Colombia, en América Latina y en Estados Unidos, no solo por la noticia de trascendencia mundial en ese momento, sino por el impacto visual de la fotografía, que llevaba la siguiente leyenda:
“EL ASESINATO DEL LIDER SOCIALISTA JAPONÉS.-Tokio.- Esta sensacional radiofoto, publicada en la edición vespertina de ayer de EL ESPECTADOR, sin duda alguna como la primicia periodística del año, muestra el momento en que el estudiante de 17 años de edad, Fuyata Yamaguchi, blandía un largo cuchillo con ambas manos, contra el jefe del partido socialista nipón, Inejiro Asanuma, dándole muerte casi instantánea. La dramática escena se registró en momentos en que Asanuma pronunciaba un discurso ante un millar de sus copartidarios, en un barrio de Tokio, (Radiofoto United Press Internacional para EL ESPECTADOR).
Las imágenes del periódico, correspondientes a los días 12 y 13 de Octubre de 1960, publicadas hace 65 años en Bogotá (Colombia), se incluyen en esta Página Web por cortesía de EL ESPECTADOR, dirigido por Don Fidel Cano Correa.
La foto fue ganadora del World Press Photo en 1960, así como del “Premio Pulitzer” de Periodismo, en 1961, en Estados Unidos y su crédito corresponde a: (https://en.wikipedia.org/wiki/Yasushi_Nagao).
Quejas de AP ante UPI en NY y de Jefes de Redacción ante UPI en Bogotá
Al llegar los ejemplares de EL ESPECTADOR a los Medios de Comunicación de Colombia, América Latina y Estados Unidos, se produjeron múltiples reacciones en busca del autor de lo que todos consideraban una situación ilegal, originada por mi travesura juvenil.
Durante varios años ignoré los detalles del revuelo periodístico nacional e internacional causado por la aparición de las fotos del asesinato de Asanuma y especialmente por las leyendas que las acompañaron en las ediciones de EL ESPECTADOR. Solo hasta 1973, cuando conocí a Guillermo Pérez Téllez, redactor de la Sección Política de EL TIEMPO, me enteré de la forma pormenorizada como habían transcurrido las diferentes situaciones en Nueva York y Bogotá trece años antes.
Ese día Pérez me recibió con una frase que no he olvidado: “ ¡¡ Al fin tengo la oportunidad de conocer al causante del peor día que vivió mi papá en la UPI en 1960 !! ” y me dijo:
“Le voy a explicar cómo ocurrió todo porque, casualmente, ese día lo acompañé en el trabajo. Guillermo Pérez Sarmiento, mi papá, era el Jefe de la Oficina de la United Press International en Bogotá desde 1952, cuando la Agencia introdujo el servicio de fotografías relacionadas con noticias internacionales, para sus clientes. Todo funcionó perfectamente durante ocho años hasta cuando usted se robó una foto de la AP, que era exclusiva para un periódico del Brasil y la publicó en Bogotá con leyendas en las cuales se decía que habían sido enviadas por la UPI desde Tokio a Bogotá, especialmente para EL ESPECTADOR, lo cual era falso y metió a mi papá en un problema de dimensiones tanto nacionales, como internacionales, cuando todo el mundo se le vino encima, porque lo acusaron de haberle dado a su periódico una exclusividad de la cual él no tenía la menor idea”.
Las revelaciones detalladas que Guillermo Pérez Sarmiento le hizo en 1960 a su hijo Guillermo Pérez Téllez, sobre lo ocurrido tanto en Nueva York, como en Bogotá, me permitieron comprender las dimensiones del conflicto jurídico internacional que yo había causado sin proponérmelo:
“Los directores de la Associated Press se quejaron ante sus colegas de la United Press International en Nueva York, por el hecho de que una fotografía enviada por la AP a su cliente O´Globo en Brasil, con carácter de exclusividad en América Latina, había sido publicada en Bogotá con un crédito que no correspondía a la realidad y que decía: (Radiofoto United Press transmitida por radio de Tokio a Bogotá, vía Nueva York, especialmente para EL ESPECTADOR).
Los funcionarios de la UPI en Estados Unidos respondieron que no tenían ni idea de qué les estaban hablando y trasladaron esa inquietud a su oficina en Bogotá (Colombia). Mientras tanto, la AP fue mucho más allá: ordenó a sus abogados entablar una demanda penal internacional contra EL ESPECTADOR por haber publicado ilegalmente una fotografía de propiedad de la AP, violando al mismo tiempo las normas internacionales sobre Derechos de Autor, que Associated Press sí había pagado en Tokio al periódico japonés que publicó originalmente la foto.
Los Jefes de Redacción de los periódicos de las principales ciudades de Colombia, comenzando por Don Enrique Santos Castillo, nuestro jefe de hoy en EL TIEMPO, se precipitaron de manera colectiva sobre la línea telefónica de la United Press International en Bogotá, para hacerle airadamente a mi papá, los siguientes interrogantes:
¿Cómo es posible que la UPI le haya dado semejante fotografía de importancia mundial exclusivamente a EL ESPECTADOR, cuando todos los abonados de la Agencia en Colombia tenemos el mismo derecho a que nos enviaran esa gráfica?. ¿Quién dio la orden de que le entregaran esa foto solamente a EL ESPECTADOR y no al resto de clientes de la UPI?.
Mi pobre papá no hallaba qué hacer. Lo llamaban de Nueva York, de Bogotá, de Medellín, de Cali, de Barranquilla y de las otras ciudades donde la UPI tenía clientes que pagaban mensualmente grandes sumas en dólares por recibir las fotos de las noticias internacionales. Todos estaban furiosos y él solo acertaba a responderles que la UPI no tenía idea de qué había pasado. Les decía que esa fotografía no era de la UPI sino de la AP y que alguien la había “pirateado”, pero ni aun así lograba calmar las protestas.
La única solución inmediata que se le ocurrió fue enviar a EL ESPECTADOR al técnico Luis Castillo, quien era uno de los dos funcionarios que le hacían mantenimiento trimestral al equipo que usted tenía a cargo, para averiguar lo ocurrido.
Al regresar a la oficina, después de hablar con los Editores Internacionales Fabio Isaza Uribe y Enrique Reyes Vásquez, además del Jefe de Redacción, José Salgar Escobar, Luis Castillo le informó a mi papá que el único responsable de lo que había pasado era un empleado de nombre Germán Navarrete.
Según explicaron las personas consultadas en EL ESPECTADOR el 13 de Octubre de 1960, Navarrete, a pesar de ser un muchachito de apenas 17 años y quien solo tenía quinto año de educación primaria, había alterado por iniciativa propia el Equipo de Radiofotos de la UPI y sin autorización de nadie había hecho experimentos para penetrar el sistema técnico de Radiofotos de la AP, que no se conocía en Colombia, había alterado el funcionamiento de los componedores que recibían las ondas radiales enviadas desde Nueva York y de esa manera había descargado la foto del asesinato de Asanuma. Por eso fue que su pilatuna permitió que EL ESPECTADOR compartiera la primicia internacional con O´Globo de Brasil en América Latina y, al mismo tiempo, provocó las protestas que recayeron sobre mi papá”.
En el periódico, la solución del problema fue despedirme por unos días y al comprender que mi osadía de muchacho no había perjudicado a la empresa sino que, por el contrario, había aumentado su prestigio nacional e internacional, me permitieron regresar al trabajo con el compromiso de no volver a alterar el equipo de radiofotos. Pocos días después, en privado, recibí felicitaciones por mi hazaña juvenil. Al ver los ejemplares de EL ESPECTADOR que se publicaron hace 65 años, justifico lo que hice porque valió la pena el resultado final. De la demanda penal presentada por la AP contra el periódico, nunca supe en qué había terminado el litigio jurídico.
Sin embargo, esta no sería la última vez en que me hallaría en problemas por meterme donde no debo. En Diciembre de 2010 estuve a punto de ser llevado a la Cárcel de Guantánamo, ubicada en la Isla de Cuba, por ingeniármelas para entrar sin autorización a los archivos del FBI, la DEA, la CIA, la DIA, la NSA, los Departamentos de Defensa y Estado de los Estados Unidos, además del Senado y la Cámara del Congreso, en Washington.
Al observar mis continuos ingresos virtuales a las dependencias mencionadas alguien me consideró un peligro para la seguridad nacional norteamericana. Me salvé milagrosamente de ser arrestado por equivocación, al frustrarle el acceso a mi casa de habitación a un comando armado que venía expresamente por mí, después de descubrir que estaba en posesión de documentos secretos.
Este aspecto apasionante de mis aventuras como periodista y la forma como me salvé, con la intervención de la Embajada de Estados Unidos en Colombia, lo explicaré en detalle cuando elabore el artículo “30 veces en las cuales he estado a punto de matarme”. Algunos de esos momentos cuentan con pruebas gráficas.
Próxima entrega: El secuestro de diplomáticos suizos en 1969.

Germán, como siempre admirando tus pilatunas de un gran periodista..
Un gran saludo y mis mejores recuerdos tuyos en EL Tiempo
Apreciado Rafael: Gracias por tus palabras. Te hemos echado de menos desde que te fuiste del lugar donde te visitábamos de vez en cuando. Esperamos que estés muy bien, dedicado a tus negocios. Te deseamos lo mejor del mundo y bendiciones para tí y tu Familia.